Un reciente informe elaborado en el 2017 por el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática) sobre las brechas de género en el país, ofrece impactantes cifras sobre la situación laboral de las mujeres y revela que a pesar de dedicar más horas semanales al trabajo total que los hombres (9.15 horas mensuales), sus ingresos suponen un 29,2% menos que sus pares masculinos.
Una de las razones sería que las mujeres dedican mayor cantidad de tiempo a trabajo no remunerado asociado al trabajo doméstico y funciones de cuidado.
Pero además, si bien ellas han adquirido un mayor nivel de escolaridad, esto no se traduce en sus ingresos: cuando comparamos los ingresos de hombres y mujeres con la misma preparación académica, las mujeres ganan en promedio un 40% menos según el INEI.
María José Gómez, directora de La Fundación Forge Perú, que recibe en su programa de formación y trabajo cerca de 1000 jóvenes mujeres cada año, afirma que: “Existen en el país un millón cuatrocientos ochenta y cinco mil jóvenes que ni estudian ni trabajan, y que suponen el 17% de la población, casi un millón son mujeres, es decir, dos de cada tres».
Añade lo siguiente: «Esto pareciera indicar que si queremos reducir el número de NiNis en el país, las acciones para promover la incorporación de estas jóvenes al mercado laboral formal o a estudios superiores, además de contemplar oferta formativa y de programas de promoción de empleo, deben considerar acciones efectivas para que las mujeres puedan conciliar su vida profesional con su vida familiar y personal.”
Forge Perú es una fundación sin fines de lucro que desde el 2012 capacita a jóvenes entre 18 y 24 años para que desarrollen las habilidades blandas que les permitan insertarse en el mercado laboral formal. Solo en el año 2017, el 67% de los 1600 participantes en el programa de “formación y trabajo” fueron mujeres.
Una de las herramientas que contribuyen a mejorar el desempeño y el crecimiento de las mujeres en el mundo laboral son estas habilidades blandas como; la comunicación, la integridad, el trabajo en equipo, proactividad o compromiso, habilidades que se priorizan hoy en día tanto en las empresas como la sociedad en general.
Empleo formal, base para la autonomía financiera de las mujeres
Si bien las mujeres se han ido incorporando los últimos años al mercado laboral, lo hacen en mayor porcentaje en empleos informales y precarios. La tasa nacional de informalidad para las mujeres es del 75% vs el 69% para los hombres.
Por edades, el 30% de las mujeres peruanas entre 14 y 29 años no tiene ingresos propios y dependen económicamente de un hombre.
En las zonas rurales este porcentaje se eleva al 46%. A medida que la edad se incrementa, lo hace también la brecha y ya entre los 50 y los 59 años, el número de mujeres sin ingresos es 5 veces más que el de los hombres.
Para María José Gómez el acceso a un empleo de calidad por parte de las mujeres es un requisito fundamental para su autonomía económica y social, ya que les permite generar ingresos propios para acceder a estudios, créditos o propiedades. Además, esta autonomía por los ingresos provenientes del trabajo implica un incremento de la libertad en el uso de su tiempo, inversión en educación, en salud o el ocio.
Bajo este contexto, Forge Perú continúa trabajando en la capacitación de más jóvenes brindándoles la oportunidad de acceder a un empleo de calidad.
