El cirujano plástico David Matlock se enamoró de su paciente Verónica a quien transformó radicalmente.
La mujer llegó a la clínica del doctor pues quería hacerse una cirugía en la vagina tras haber dado a luz a su pequeña Isabella.
Matlock la invitó a salir y en su primera cita le propuso matrimonio. Luego llegaron las innumerables operaciones en mentón, brazos y piernas, las inyecciones de botox y liposucciones.
Verónica cambió totalmente e incluso ahora participa junto a su esposo en concursos de cuerpos en forma.