Hoy se celebra el Día del Periodista, fecha dedicada a quien tiene la responsabilidad de ofrecer la noticia y hacer efectivo el derecho a la información; así como la inalienable facultad de opinar.
Hoy se celebra el Día del Periodista, fecha dedicada a quien tiene la responsabilidad de ofrecer la noticia y hacer efectivo el derecho a la información; así como la inalienable facultad de opinar.
El periodismo, como tal, no es sólo información, sino también docencia. Este Día debe ser de reflexión acerca de lo que significa la Comunicación Social, es de reafirmación vocacional y de recuerdo a la memoria de quienes honraron nuestra profesión.
Entre ellos, Alfredo Vignolo Maldonado, quien egresó con la Primera Promoción de la Escuela de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), que fundara Matilde Pérez-Palacio Carranza. Vignolo tenía el primer título de periodista profesional otorgado en el país por la PUCP (27-12-1948). Catedrático durante más de 25 años en su alma máter. Ejerció el periodismo durante casi 60 años.
Juan Gargurevich, docente del Departamento de Comunicaciones de la PUCP, al referirse a Vignolo sostuvo que: "Era un verdadero cruzado del periodismo decente y será difícil reemplazarlo" (…) "Tuvo una larga vida de profesional como abogado, relacionista público, profesor universitario, pero era, sobre todo, periodista. Y a esta vocación unía una obsesión que proclamaba con tenacidad: la ética periodística.
Su saludable obsesión por el tema lo llevó a componer un Código de Ética Periodística que ofreció a las instituciones del gremio, como el Colegio de Periodistas, pero sería la Federación de Periodistas del Perú la que lo adoptaría. Los periodistas se reunieron en 2001 para su 22° Congreso Nacional y acordaron llamarlo Alfredo Vignolo Maldonado, una distinción más de la larga lista de reconocimientos que recibió. Pero el mejor homenaje que le hicieron fue la adopción, repetimos, de su Código de Ética".
Alfonso Grados Bertorini en el prólogo de "Ética periodística" afirma que: "…es un Código de vida; macerado a lo largo de una experiencia de periodista y de maestro que puede exhibir la identificación entre libertad y la verdad en un concepto que cada quien reclama para sí, pero que muy pocos no tendrán que reclamarlo porque ya les fue conferido: dignidad. Honrados por su ejemplo, deberíamos los periodistas proponernos que se instituya, con su nombre, una distinción de honor, 'A la Dignidad Periodística', a quienes hayan demostrado merecerlo".
El maestro Vignolo, como lo llamaban todos, ya no existe. Él, permanece en el recuerdo y en el corazón de los que tanto le quisimos. Su ejemplo lo mantenemos presente al lado de sus obras que alientan y alentarán a las promociones de ayer, hoy y mañana. Su partida imprevista y prematura en noviembre del año pasado nos privó de este grande hombre por quien hoy depositamos una oración y por qué no, una lágrima varonil como simbólica flor inmarchitable de nuestro sincero cariño y eterna admiración.
C. Alfredo Vignolo G. del V.
Periodista