Aunque sólo es un gesto de cortesía, aquellos obsequios que recibe un mandatario norteamericano o sus altos funcionarios -durante una visita oficial- van a parar a una bodega y nunca son utilizados por los agazajados.  Esto parece haber pasado con un obsequio que nuestro gobierno habría entregado con evidente cortesía, al ahora ex presidente de los Estados Unidos, George W Bush.

Aunque sólo es un gesto de cortesía, aquellos obsequios que recibe un mandatario norteamericano o sus altos funcionarios -durante una visita oficial- van a parar a una bodega y nunca son utilizados por los agazajados.  Esto parece haber pasado con un obsequio que nuestro gobierno habría entregado con evidente cortesía, al ahora ex presidente de los Estados Unidos, George W Bush.

Si bien se dice "la intención es lo que cuenta" estos personajes, acostumbrados a recibir finísimos regalos de representantes o mandatarios de otros países, se ven obligados por ley a recibirlos, dar las gracias… y entregarlos al Estado.

Según revela el informe 2008 sobre regalos recibidos, elaborado por la oficina de protocolo del Departamento de Estado, entre dichos obsequios hay varios entregados por nuestro gobierno, pero en especial se menciona una fina bufanda de lana de vicuña, etiquetada como "Perú" y que habría recibido el ex presidente Bush.

Para saber con exactitud cuando y como se entregó el regalo habria que recurrir a los archivos, pero el costo promedio por un obsequio así, supera los 500 dólares y se habría entregado en una cita oficial en nuestro país.

Pero no sólo pasa con el Perú, la secretaria de Estado de la administración del ex Presidente Bush, Condoleezza Rice, parece haber causado una muy buena impresión al líder libio Moammar Jaddafi durante la visita que realizó a Trípoli en septiembre pasado.

Jaddafi, quien no escondió su admiración por quien llamaba "Leezza" o "mi pequeña negra africana", le ofreció entre otras cosas un collar de diamantes y un colgante decorado con su retrato, consigna AFP. El conjunto de los obsequios fue valorado en US$ 212.225.

Pero Jaddafi no es el más generoso. El rey Abdullá de Arabia Saudita dio más de US$ 750 mil en regalos a Bush, Rice y otros funcionarios de menor rango. Incluso Elizabeth Cheney, hija del entonces Vicepresidente, Dick Cheney, recibió US$ 85.000 en diamantes y rubíes de parte del rey.

Otros regalos almacenados son un equipo de sonido Bang & Olufsen (Dinamarca), un masajeador de pies y un MP3 (Singapur). Recordando su afición por el ciclismo, la Canciller alemana, Angela Merkel, le regaló una bicicleta, mientras que el ex Primer Ministro israelí Ehud Olmert le obsequió un short decorado con la bandera de Israel.

Incluso el nombre del actual Presidente Barack Obama está en la lista de quienes recibieron regalos, pero en su caso, cuando era senador. Durante su visita a Afganistán, en julio pasado, el Presidente afgano Hamid Karzai le regaló una figura de Jesús, dos alfombras, un jarrón y una pequeña figura en plata de una palmera, consigna AP.

La mayoría de los objetos nunca son usados: una pequeña parte termina siendo exhibida en oficinas del gobierno o en la biblioteca presidencial, pero la mayoría termina en una bodega.

En todo caso, si alguno de los funcionarios se encariña especialmente con alguno de los regalos, y no cuesta mucho, tiene la posibilidad de comprarlos al Estado. (Con información de El Mercurio y otros portales)

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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