El tenista suizo Roger Federer obtuvo hoy su séptimo título en Wimbledon tras vencer al escocés Andy Murray por 4-6, 7-5, 6-3 y 6-4, en tres horas y 24 minutos.

Federer, además, es otra vez el número uno del ranking mundial e igualó a Pete Sampras en cantidad de semanas en la cima del ranking (286).

Murray, por su parte, sigue sin ganar un Grand Slam. Ya suma cuatro finales perdidas e igualó la marca de Ivan Lendl, su actual entrenador. Y tampoco pudo cortar la sequía local. Es que ya van 76 temporadas sin británicos campeones en Wimbledon.

El último fue Fred Perry en 1936. Fue, además, la tercera derrota consecutiva de Murray frente a Federer, que lo había vencido en el Masters de Londres 2010 y en la final del ATP 500 de Dubai. 

El partido tuvo un comienzo soñado para Murray, que quebró el servicio de Federer en el primer game. Pero la alegría no le duró demasiado. Porque entre aciertos y errores regalaron un set intenso pero con varias equivocaciones. Los 23 errores no forzados del suizo son una clara muestra.

Murray tuvo su oportunidad y no la desperdició. Ganó el primer set por 6-4 en 57 minutos y parecía que tocaba el cielo con las manos. 

Sin embargo, Federer reaccionó a tiempo y con mucho esfuerzo puso las cosas como al principio. Fue un ajustado 7-5 en 54 minutos. Había que barajar y dar de nuevo. En el tercer parcial, cuando estaban 1-1, la lluvia jugó su papel y obligó a la suspensión del partido.

Los jugadores se retiraron a los vestuarios y cuando el techo corredizo estuvo a pleno, reanudaron el encuentro. Y en ese reinicio, Roger marcó la diferencia. 

Desplegó todo su talento y despertó la admiración del público local. Y cuando tuvo su chance de quiebre, no falló. Se dio en el extenso sexto game. Tras arduos 19 minutos, el suizo se quedó con el servicio del local y pasó al frente (4-2). Luego fue cuestión de mantener su saque para ganar el set por 6-3 en 49 minutos. 

En el cuarto y último game, Federer repitió la fórmula. Jugó con la presión de Murray y pegó en el momento justo. Quebró para adelantarse (4-2) y comenzar a saborear un título con un significado especial.

El passing de Murray que se perdió por centímetros fue el comienzo del festejo de Roger que se tiró al suelo, se sacó la vincha y dejó caer unas lágrimas. Premio para el más grande.

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