El Papa Francisco se ha reunido con líderes de diversas religiones y ha marcado historia al dialogar con el líder de la Iglesia Ortodoxa.
Por primera vez en casi diez siglos, el máximo líder de la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa, el Patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, asistó a la asunción del papa Francisco. La última fue en el año 1054, justo antes de la división de las iglesias oriental y occidental.
El encuentro se produjo en el marco de una reunión con todas las delegaciones de iglesias cristinanas que participarón de la asunción del Sumo Pontífice, el martes. También participaron representantes de las comunidades judías.
En su mensaje, Francisco se comprometió a proseguir el diálogo ecuménico en aras de la unidad. Ante los representantes judíos, dijo que potenciaría el diálogo iniciado con el Concilio Vaticano II.
«Deseo asegurar mi firme voluntad de proseguir con el diálogo ecuménico», afirmó Francisco, que en la misma línea que los anteriores insistió en la urgencia de que todos los cristianos «seamos una sola cosa», para que puedan testimoniar de manera «libre, alegre y valiente» el Evangelio.
«Será nuestro mejor servicio (la unidad) en un mundo de divisiones y rivalidades», precisó.
En nombre de los asistentes habló Bartolomé I, que dijo que la primera preocupación de los cristianos tiene que ser la unidad, para poder dar un testimonio creíble.
Bartolomé I oficia como patriarca ecuménico con un honorífico «primado entre iguales» para los ortodoxos de todo el mundo y acudirá a la misa de instalacióndel papa Francisco.
Le acompañaron además el metropolitano ortodoxo de Pérgamo, Ioannis Zizioulas, co-presidente de la Comisión Mixta para la unidad entre católicos y ortodoxos; el metropolitano ortodoxo de Argentina, Tarassios, y el metropolitano ortodoxo de Italia, Gennadios.