El recientemente campeón de la Bundesliga, Bayern Munich, dio un gran show ante su público en el Allianz Arena, al golear por 4-0 al FBC Barcelona de España, en el partido de ida por la etapa semifinal de la Champions League.
El conjunto bávaro hizo lo que quiso, pues simplemente fue superior en todo aspecto a partir de la presión que impuso en todo sector del campo cuando el Barcelona tuvo el balón, donde todo el once local se comprometió en esa función para cerrarle los espacios y de esa forma no dejar generar al rival.
A partir de dicho hostigamiento en la marca, Bayern con un juego rápido y desequilibrante por las bandas principalmente, generó un ataque contundente, el cual fue imposible de parar. Recuperación y gran entrega de Schweinsteiger para las sociedades ofensivas de Ribéry con el desdoble de Alaba y Robben con Müller, quien – este último – se constituyó en una figura clave. Lahm estuvo más enfocado a tareas defensivas y apoyaba de vez en cuando en los desdobles.
Por otro lado, la escuadra azulgrana como era de esperarse manejó el balón, pero nunca encontró los espacios ni las sociedades conocidas entre Busquets, Xavi, Iniesta y Messi, para siquiera producir miedo. El argentino pasó desapercibido. Un remate del central Bartra que pasó altamente desviado, fue quizás lo más claro realizado en ataque por los culés.
En una frase, Barcelona fue dueño del balón, pero Bayern lo fue en el fútbol; ya que creó situaciones a partir de un juego equilibrado y armonioso en lo táctico y estratégico, fue prolijo en sus líneas, contundente en su ataque imponiendo el ritmo a pesar de no tener el esférico mucho tiempo.
Tomas Müller sobre los 24’ con golpe de cabeza desniveló el marcador al aprovechar un pivoteo del brasileño Dante.
Algo similar fue el segundo tanto bávaro, pues a los 48’ Robben cobraría un tiro de esquina, donde Müller ganaría por alto a su marcador para pivotear el balón hacia la posición de Mario Gómez, quien sin marca alguna empujó la redonda hacia el fondo del arco visitante. Al parecer y según las imágenes de la televisión, el delantero alemán estaba en posición adelantada cuando marcó el gol.
Cuando se jugaban los 73’, un contra iniciada por Ribéry, derivó en el pase de éste a Schweinsteiger, quien de inmediato habilitó al holandés Robben para que este desequilibre por derecha y saque un remate que significó el tercer tanto de los alemanes. Previo al gol, Jordi Alba, quien marcaba a Robben, cayó al piso al parecer obstruido antirreglamentariamente por Müller, lo que ocasionó el reclamo de los azulgranas al árbitro húngaro Viktor Kassai.
Nuevamente, Schweinsteiger iniciaría el camino hacia el cuarto gol cuando cedió un esférico recuperado por él mismo hacia Ribéry y éste de inmediato al carrilero Alaba, el cual cruzó el balón para el segundo gol de Muller a los 81’.
Los dos últimos goles – más allá de la polémica – fue el calco de lo que ocurrió en el partido, es decir, a partir de la recuperación del esférico por parte del Bayern Munich, sus jugadores le impusieron velocidad y desdoble a su juego, para terminar de forma contundente y eficaz.
Hay quienes comenzarán a decir o escribir nuevamente que el Barcelona está en crisis y a mi criterio no es así. Simplemente los catalanes se han encontrado hoy con un once superior, que viene jugado un fútbol espectacular tanto en la Champions como en la Bundesliga. No Obstante, ha campeonado en su Liga con 20 puntos de ventaja sobre el bicampeón alemán Borussia Dortmund.
Acaso, un equipo – que quizás es el mejor de la historia de fútbol (por su juego espectacular y único) puede estar en crisis habiendo llegado a una semifinal de Champions League y estando a punto de campeonar en su Liga? Otra vez la respuesta es no, además porque se estaría negándole el mérito al conjunto alemán por lo realizado hoy.
La serie concluirá el próximo martes 30 en el Camp Nou y al parecer ya está sentenciada, aunque hay quienes dicen que FC Barcelona es un equipo capaz de realizar grandes hazañas. El partido de vuelta también genera grandes expectativas desde ya. Por lo pronto, Bayern Munich, finalista del torneo el año pasado, está con un pie y medio en la final de Wembley.
Por Luis Miguel Guerrero.
