Otro escándalo parece complicar la situación del congresista Michael Urtecho. Ahora resulta que el parlamentario de Solidaridad Nacional presentó facturas y boletas, al parecer falsas, para sustentar sus gastos ante el Congreso y además habría contratado dos empresas ‘fantasma’ cuando era tercer vicepresidente en esa entidad pública.
Según Cuarto Poder, se presume que el perjuicio al erario nacional ascendería a S/.237,000, monto generado cuando Urtecho ocupó ese cargo directivo en el Legislativo, entre agosto del 2011 y julio del 2012.
En el tema de facturas, Urtecho habría recurrido al Acuerdo N° 16, firmado por la Mesa Directiva del Parlamento en agosto del 2011, para sustentar consumos personales haciéndolos pasar como apoyo logístico para las actividades institucionales promovidas de su despacho.
Por ejemplo, Urtecho gestionó el reembolso de S/.1,661 en total por el consumo, en una cebichería de Trujillo, durante cuatro días consecutivos. El 17 de noviembre de 2011, el legislador “almorzó” el equivalente a S/.380. Al siguiente día, S/.420. El tercer día, S/.392 y el cuarto, S/.469.
Lo extraño es que Valeriano Breas, dueño del modesto establecimiento llamado ‘San Gregorio III’ –que funciona en una cochera–, dijo que las cifras consignadas en las boletas son muy altas y que nunca recibió al parlamentario Michael Urtecho en su restaurante.
El mencionado congresista también exigió el reembolso de sumas fuera del periodo en que realizó, aparentemente, una actividad institucional, y que todo indica correspondería a gastos personales.
Así lo demuestran dos facturas, una por S/.206 de un chifa situado cerca a su domicilio en La Molina (Lima), y de una pollería por S/.113 (con detalle del consumo: dos piernas de pollo).
EMPRESAS. Michael Urtecho además contrató dos compañías de eventos y catering que serían ‘fantasma’ por S/.42,490 en total, en solo seis meses.
Se trata de las supuestas empresas ‘Eventos Kattya’ y ‘Delicias y Más’. La primera, es de Katty Elsa Vásquez Delgado, quien padece de una enfermedad mental y que por eso estuvo internada en un hospital especializado. La abuela de ella afirmó que eventualmente hacía bocaditos en su vivienda en un asentamiento humano en Comas.
El propietario de la segunda compañía, Armando Gálvez, no recordaba haber prestado ese servicio al parlamentario, por unos S/.23,000. Indicó que él es contador, pero quien conocería el tema es su asistente.