El príncipe heredero marroquí, Moulay Hassan, ha rechazado el protocolo que obliga a sus súbditos a besarle la mano como gesto de saludo y no duda en demostrarlo incluso frente a las cámaras o en actividades públicas.
El príncipe marroquí de 12 años de edad empezó sus funciones reales oficiales, pero se niega a que los dignatarios del país le besen la mano a como manda la tradición.
A este niño se le conoce como el más pequeño de los grandes de Oriente. Tiene 12 años y es el hijo mayor del rey de Marruecos, Mohamed VI. Su linaje salta a la vista; sin embargo, tiene una debilidad: no le gusta que lo besen en la mano.
Pero cuando toca el momento del besamanos este rechaza el gesto de quienes intentan acercar los labios a su mano. El príncipe la retira a gran velocidad y los funcionarios terminan besando el aire.
Cómo culparlo de negarse a una tradición si es tan solo un niño, dicen algunos. Lo cierto es que su carácter y linaje no se discuten.
El príncipe Hassan se ha preparado toda su vida para convertirse en el heredero de la dinastía alauita.
Y de eso da fe su impecable figura, paso firme y mirada siempre al frente. Jamás pierde la compostura, aun cuando su acto reflejo de retirar la mano para rechazar un beso delaten algo de su humanidad.