Juan Hidalgo

Juan HidalgoSi alguien llega por primera vez a Estados Unidos y salvo los controles migratorios, lo último que le parecerá  es que este país está en guerra. Si, efectivamente, contra lo  que manifiestan o han hecho creer el gobierno de George Bush con los desplazamientos a Irak y Afganistán, y la aprobación de otro gigante presupuesto de 162 millones de dólares más, la guerra parece estar muy lejos de la mente de los estadounidenses.

Juan HidalgoSi alguien llega por primera vez a Estados Unidos y salvo los controles migratorios, lo último que le parecerá  es que este país está en guerra. Si, efectivamente, contra lo  que manifiestan o han hecho creer el gobierno de George Bush con los desplazamientos a Irak y Afganistán, y la aprobación de otro gigante presupuesto de 162 millones de dólares más, la guerra parece estar muy lejos de la mente de los estadounidenses.

El tráfico aéreo  sólo con un descenso por el aumento de las tarifas, se observa con rutinaria tranquilidad pero en general se puede decir que la guerra es lo último que les preocupa o lo que piensan. Ni siquiera los atentados contra guarniciones norteamericanas en el medio oriente atrapan a los lectores estadounidenses por menos de un minuto.

Actualmente, los habitantes de este país viven el día a día pensando como sortear los gastos y estirar el presupuesto para cubrir la canasta familiar debido al aumento de la gasolina y de los alimentos, por lo que las familias han entrado a una fase de cultura del ahorro, antes que del consumismo, que era la principal característica de los estadounidenses acostumbrados a llenar las canastas rodantes de “Wal Mart” o “Safeway”. 

Es que el alza de la gasolina y alimentos, mas el aumento de las hipotecas a sus viviendas les ha cambiado la visión y ahora ven un futuro incierto, sobre todo con los candidatos que no terminan de convencer, y que al parecer, con el nuevo discurso de Obama Barack, la política económica e internacional podría seguir por el mismo rumbo.

A ello se suma que muchos se han dado cuenta que los argumentos  para iniciar la invasión a a Irak, como la tenencia de armas de destrucción masiva, vínculos con Al Quaeda, etc. sólo han sido pretextos para poder controlar el petróleo en el oriente medio, lo que ha significado un desastre en materia estratégica puesto que el costo ha sido mucho peor.

Por esa razón el común nacionalismo de los estadounidenses no se observa por estos tiempos como durante las guerras mundiales del siglo XX o durante el periodo de la “Guerra Fría” con la Unión Soviética, y más tiende a parecerse con la excepción de las protestas de los “hippies”, a  una situación parecida a la del conflicto con Vietnam de la década de los 60.

Pese a ello, el gobierno estadounidense continua firme en sus planes en el medio oriente y tratando de frenar el avance estratégico militar de países de Irán, Corea del Norte y China. Ahora está inmerso en la puesta en marcha de un escudo antimisiles en Europa del Este, recibiendo un rechazo inicial de Polonia para permitirles colocar ese instrumento en su territorio, pero no dan por cerrado esa propuesta, lo que ha puesto en malos términos las relaciones entre Washington y Moscú, cuyo gobierno no tolera  un sistema antimisiles en la puerta de su casa.

 

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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