Sus familiares y amigos, así como el presidente Alan García y parte de su gabinete ministerial, participaron del cortejo fúnebre que previamente dio una vuelta a la Plaza de Armas.
Posteriormente una banda de música entonó algunos temas que Doris escuchaba, en especial los de Arequipa. Algunos amigos ofrecieron discursos de agradecimiento a la Dama del periodismo nacional.
Doris Gibson fue una mujer de temple que tuvo que enfrentarse a lo largo de los años a diversos dictadores y a clausuras, defendiendo a capa y espada a Caretas como revista independiente y combativa. Nadie olvida su lucha intestina contra el dictador Juan Velasco Alvarado quien siendo presidente cerró varios medios de prensa peruanos.
Como se recuerda Velásco impidió que Enrique Zileri, hijo de Doris Gibson, continuara ejerciendo el periodismo y esta tuvo que buscarlo personalmente y logró convencerlo del retorno del hoy director de Caretas.
Muchas de las carátulas de la revista generaron no sólo el cierre de Caretas sino hasta la incursión de "detectives" en las oficinas de la cuadra siete del jirón Camaná e incluso el seguimiento hasta la casa donde se imprimía la publicación.
Más en los 90, la mafia fujimontesinista realizó un reglaje e interceptación contra Caretas y Doris, pese a su avanzada edad demandó a la redacción de Caretas no ceder a esas presiones y seguimientos del régimen del ex presidente Fujimori.
La Dama del Periodismo recibió la orden al mérito por servicios distinguidos en el grado de Gran Cruz el año 2002.