Según un extenso reportaje de "Día D" la situación se agrava por el claro abandono del Estado y muestra de ello es el reciente embanderamiento senderista en diversas localidades como Aucayacu, Tocache, entre otros, así como la aparición de pintas con amenazas contra autoridades acusadas de corruptos, así como informantes antidrogas, simples delicuentes, violadores así como Policía y Fuerzas Armadas.
Los terroristas apuntan contra los colegios y docentes que imparten educación y amor a la Patria. "Soy también víctima, porque mi madre era profesora y fue asesinada en 1987…Temor no tenemos porque trabajamos con dignidad", dijo el valiente docente del colegio Santa Lucía, Lizandro Tiburcio, cuyo local fue embanderado por los terroristas.
También responden con patriotismo trabajadores de la posta médica de la zona también fue pintarrajeada por los terroristas. "Se trabaja más por la gente, por el pueblo..Da temor, todos lo sentimos, pero lo hacemos por ellos. Nos han dicho para irnos a otro lugar pero no se puede abandonar a la gente", dijo el enfermero Jimmy Llanos.
AJUSTICIADOS – En los último días, en la carretera Fernando Belaunde Terry, también se hicieron pintas alusivas con frases como "Muerte a los Soplones". Una de las primeras víctimas de la insanía terrorista sería Alicía Flores, una curandera acusada por los terroristas de hablar mucho del narcoterrorismo e informar a la policía de sus movidas.
Otra víctima sería el docente Víctor Plaza Flores, acusado de abuso sexual contra una menor y pese a las pruebas poco claras fue ajusticiado. Curiosamente, apenas salió del colegio, fue asesinado por hombres encapuchados. "A mi padre se lo llevaron y le dispararon tres balazos", dijo la hija de la víctima, Tania Plaza.
Pero tras el crimen, la madre de la menor reconoció que no hubo violación contra la niña. Hoy los restos del docente descansan a pocos metros de la tumba de uno de los líderes de Sendero Luminoso (SL), Héctor Aponte, Camarada "Clay".
La última víctima del narcosenderismo es César Alvarado Julca, quien habría utilizado el nombre de Sendero Luminoso e incluso cobró cupos a comerciantes tomando el nombre del grupo terrorista. "Así mueren los delincuentes que trafican con el nombre del partido", señala un cartel que dejaron entre sus manos atadas.
UTILIZARON NIÑOS – El general Luis Valencia, jefe del frente del Alto Huallaga, señaló a "Día D" que ya tienen conocimiento que se utilizaron a menores de edad con motos lineales para colocar los trapos rojos en horas de la madrugada.
"Ellos han colocado los trapos rojos justo cuando los dirigentes cocaleros convocaban a un paro en la zona…Hay una cierta coincidencia", dijo Valencia y agregó que el 70% de la hoja del coca del valle va al narcotráfico.
GENERAL AMENAZADO – Pero el narcosenderismo también amenazó al general Luis Valencia según consta en pintas dejadas en varios caseríos. "Valencia, perro del gobierno", señala una de las pintas.
El jefe policial dijo que no bajará la guardia y las amenazas del terrorismo no lo detendrán en su lucha. En conclusión, la situación actual del Alto Huallaga hace recordar a los años 80, más aún por las desatención de las autoridades nacionales que brillan por su ausencia.