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El reciente viaje, con tour incluido, que la congresista Rosario Sasieta disfrutó en Italia, ha permitido destapar un imperdonable vacío en el Reglamento de nuestro cada vez más alicaído Congreso de la República.

Antonio Manco

antonio@periodismoenlinea.org

 

El reciente viaje, con tour incluido, que la congresista Rosario Sasieta disfrutó en Italia, ha permitido destapar un imperdonable vacío en el Reglamento de nuestro cada vez más alicaído Congreso de la República.

Antonio Manco

antonio@periodismoenlinea.org

 

La realidad es que hoy un “padre o madre de la patria” puede ausentarse del país tan sólo comunicando por escrito que ha sido invitado a un evento internacional y tras solicitar la licencia de rigor, viajará y seguirá cobrando sus honorarios con normalidad.

Así, la administración del Congreso no le exigirá inmediatamente al parlamentario, ni la invitación del evento y menos un informe sobre el “provecho” que tuvo para todos los peruanos el viajecito.

Tampoco averiguarán cuantos días durará el evento, tanto así que algunos, con mentiras piadosas y otros pasándose de vivos, pueden incluir días “extra” para hacer turismo.

Si me equivocará en lo que dije anteriormente entonces hoy la legisladora Rosario Sasieta no hubiera recibido el respaldo del presidente del Congreso, Luis Alva Castro, y menos el de la presidenta de la comisión de Ética del Congreso, Martha Hildebrandt.

Anoche el programa "Día D" demostró que Sasieta no recibió invitación de la institución "Barcelona Promoción" para su periplo con lo cual su situación se agrava. ¿Se enteraron Alva Castro y Hildebrandt de esto? 

Por ello considero vital reglamentar los viajes de los parlamentarios y establecer las más mínimas condiciones para darles el permiso.

Primero: Establecer plazos razonables y un máximo de días de licencia, pues es un exceso permitir largos periplos de hasta 15 días y 30 días.

Segundo: Utilidad del viaje para el país y el Congreso. No es lo mismo que una fundación invite a los congresistas peruanos a capacitarse en la elaboración de proyectos de ley, mientras que una empresa privada los lleva a China, en un tour, ad portas de que el Congreso vote un acuerdo comercial con un país tan poderoso.

Tercero: Todos deben estar obligados a presentar un informe pormenorizado que incluya una agenda de actividades cumplidas en un plazo breve.

¿REGALITOS TAMBIÉN? Pero no sólo viajes, la semana pasada el legislador Mauricio Mulder (Apra) enumeró en entrevista con este redactor, una serie de “beneficios” y “dádivas” que tentativamente les ofrecen algunos “interesados”.

Mulder contó que –por ejemplo- la Federación Peruana de Fútbol (FPF) les regalaba entradas para los partidos de la selección, que también reciben invitaciones para las corridas de toros en Acho, que cierta fundación llevó recientemente de “tour” a quince legisladores a España y hasta una empresa especializada en regadíos invitó a otro grupo de legisladores a Sudáfrica.

¿Para usted eso es normal? imagino que no. Pues para Mauricio Mulder si lo es, al punto que se molestó porque Correo tituló “Mulder denuncia gollerías”.

Así las cosas, nadie controla y menos limita los viajecitos de nuestros legisladores y tampoco cuestiona las “dádivas” que ciertos interesados suelen entregar, quizá a cambio de la aprobación de alguna ley o alguna reglamentación. Aunque creemos que en éste Congreso también hay “decentes” lamentablemente hoy son más los que manchan su imagen.

Administrador de contenidos de Grupo Periodismo en Línea

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