Hace un poco más de tres meses un joven awajún resbaló desde un tanque de agua de 30 metros de altura en la alejada localidad de Saramiriza, distrito de Manseriche, provincia de Datem del Marañón (Loreto) y cayó encima de un tronco de madera de unos tres metros de largo que le atravesó el cuerpo, dañó severamente sus órganos internos y lo dejó al borde de la muerte.
El oportuno auxilio y traslado aéreo de emergencia a cargo de la FAP al Hospital Dos de Mayo de Lima, aún con un pedazo del tronco, de más de 12 centímetros de diámetro, atravesado, posibilitó que los médicos le salvaran la vida y fueran protagonistas de una proeza médica de alta cirugía que ha logrado que Rimer Napatsa Flores, un joven afiliado al SIS de 23 años, ahora esté totalmente fuera de peligro y camino a reintegrarse a su vida cotidiana.
Rimer ha sido sometido a 11 cirugías. La primera y más compleja, en el abdomen, la madrugada del 13 de agosto, apenas ingresó al hospital y que duró cerca de cuatro horas.
Allí se le retiró el pedazo de tronco incrustado y se hicieron las curaciones más complejas ya que los intestinos estaban perforados, el riñón derecho dañado, dos costillas fracturadas, etc.
Otra operación fue, precisamente, para retirarle el riñón afectado. En total fueron tres cirugías mayores y ocho limpiezas quirúrgicas, además de una diálisis.
Los médicos señalaron que su vida estuvo en riesgo no solo por las heridas sino también por la grave infección que presentaba ya que el tronco tenía todo tipo de insectos, bichos y una serie de adherencias altamente contaminantes.
Cobertura SIS
Fue toda una proeza médica en la que participaron especialistas en cirugía general, cardiología, urología, nefrología, traumatología, medicina física, neumología y actualmente cirugía plástica del Hospital Dos de Mayo. Todas las operaciones, los procedimientos, análisis, medicinas, hospitalización, así como su estadía y la de un acompañante fueron cubiertos por el SIS.