Quería ser perfecta pero terminó con el rostro desfigurado. La exmodelo coreana, Hang Mioku, quedó con el rostro deformado tras realizarse innumerables tratamientos de belleza con botox.
Los médicos de Hang Mioku se negaron a continuar con las intervenciones de belleza por un problema psicológico que presentó la coreana.
Por ello, la mujer decidió inyectarse aceite en su cara por sus propios medios. Ella se aplicó una botella entera de silicona del mercado negro y luego recurrió al uso de aceite de cocina, que le dejó la cara muy hinchada y llena de cicatrices.
Hang se sometió a la primer intervención quirúrgica a los 28 años cuando trabajaba como modelo.