Por tercera vez miles de jóvenes han saludo a las calles para protestar en contra del Nuevo Régimen Laboral Juvenil. Esta tercera marcha convocó a menos personas que la anterior, sin embargo sirvió para que mantener la voz de protesta contra este régimen que es rechazado por un gran sector de la población.
Hasta el cierre de esta edición, se supo que los manifestantes lograron pasar el cerco de seguridad de la Policía e ingresaron a la Plaza San Martín, una vez ahí agredieron a los reporteros de tres medios de comunicación, según contó un reportero gráfico de RPP que estaba en el lugar.
Una de las afectadas fue la reportera de canal 4, Angélica Valdés, también otros periodistas de canal 2 y Canal 5. A ellos les lanzaron botellas de plástico con agua e incluso de vidrio.
Desde horas tempranas los jóvenes se reunieron en la Plaza Dos de Mayo y en la Plaza San Martín y al promediar las 5.30 de la tarde, los primeros arribaron a la Plaza San Martín para desde ahí empezar con la movilización con rumbo a la sede de la Confiep.
Una vez ahí los manifestantes lanzaron arengas y consignas contra el nuevo régimen y pidieron su inmediata derogatoria. Acusaron también al empresariado de estar detrás de esta ley.
Luego el grueso de jóvenes, aproximadamente más de dos mil, se dividieron en dos grupos. Uno de ellos, liderados por el movimiento Renovar marcharon por la vía expresa de Paseo de la República con rumbo a la Plaza San Martín, en el trayecto invadieron la vía del Metropolitano y realizaron pintas en uno de los buses.
Otro grupo realizó un plantón en el cruce de la avenida Javier Prado con Petit Thouars, situación que fue superada. Luego prosiguieron su marcha hacia la Plaza San Martín por la vía expresa de Paseo de la República.
La manifestación pretendió ser pacífica desde un principio; no obstante, la policía nacional desplegó un gran número de efectivos para contener a la masa de jóvenes. A pesar de que el ministro del Interior, Daniel Urresti, señaló previamente que no habrían policías vestidos de civiles, se informó que efectivos encubiertos también custodiaban la marcha.